¿Qué pueden aprender los socialistas valencianos de las primarias madrileñas?
Cada día tengo más claro que la dirección de Ferraz ha puesto a Madrid como objetivo indiscutible de las próximas elecciones autonómicas y que Valencia no figura en esa hoja de ruta. Sólo hay que ver la manera en que el aparato de los socialistas trata de dirigir, influir y condicionar al máximo las primarias del mes que viene, frente al poco entusiasmo que le ponen hacia la Comunidad Valenciana.
Hace una semana que el ex ministro Antoni Asunción anunció su deseo de ser el candidato socialista a la Generalitat y disputarle así las primarias a Jorge Alarte, que el PSOE guardó un profundo silencio. Es como si no se hubieran enterado no quisieran enterarse. La sensación que a uno le queda cuando trata de analizar lo vivido es que el secretario de organización, José Blanco, ha abandonado a su suerte a Jorge Alarte con un “haz lo que puedas”.
Zapatero debería haber escuchado uno de los consejos que da Tony Blair en su último libro de memorias: “en política no debes crearte enemigos deliberadamente porque terminas haciéndote otros accidentalmente”.
Tomás Gómez, el candidato-que-dijo-no-a-zapatero, le ha supuesto muchos enemigos accidentales al presidente del Gobierno, los que conforman la masa de militantes que se posicionan a favor de Gómez y le arropan en todo momento.
Si trasladásemos el episodio madrileño a Valencia, con un Alarte en el papel de Tomás Gómez, la popularidad del secretario general de los socialistas valencianos hubiera despegado a buen seguro todo lo que no ha hecho en los últimos dos años.
Pero va y resulta que ha pasado lo contrario, que ha aparecido en escena Antoni Asunción y, de la noche a la mañana, se transforma él en el verdadero candidato de la militancia, lo que convierte automáticamente a Alarte en el representante y candidato del partido sin que nadie de Madrid lo hubiera bendecido aún.
En Ferraz estuvieron esperando durante un tiempo a que apareciese alguien dispuesto a ir a unas primarias con Alarte, pero nada ocurrió hasta el anuncio sorpresa de Antoni Asunción, quien con toda su astucia invirtió el guión: primero presentación pública y luego ante José Blanco.
Lo que no tengo claro es por cuánto tiempo puede permanecer invisible la infraestructura que requiere Asunción para concurrir en igualdad de condiciones a las primarias. Tomás Gómez ha recibido apoyos con nombres y apellidos de reconocidos socialistas como Peces Barba, Matilde Fernández o Juan Barranco. De Asunción sólo conocemos aquellos que con la boca entreabierta te pronuncian militantes socialistas.
Ya va siendo hora de que aparezcan públicamente los nombres de las personas que piden el voto para Asunción. No hacerlo me parecería una irresponsabilidad que dejaría en evidencia al partido ante aquellos militantes que desean tener distintas alternativas donde mostrar sus preferencias.
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