Así están evolucionando los precios de los lectores de ebooks
Esta semana en el post sobre el Inves-WIBOOK 600 WiFi hice referencia al precio del dispositivo como uno de sus elementos críticos. Me he decidido a hacer una tabla con los que considero los siete productos más representativos del mercado y ver la evolución que han tenido en el precio de venta al público desde su aparición. En el caso de los lectores electrónicos de manufactura norteamericana he hecho la conversión de dólares a euros a día de hoy con el fin de tener una imagen más fiel de la variación del precio hasta la actualidad. Las marcas seleccionadas en cuestión son el Kindle, el Sony Reader y el Nook por la parte internacional, mientras que para las marcas españolas, he escogido el invesBook, el iLiber, el Booq y el Papyre.
Conviene aclarar que las referencias a los precios están realizadas sobre aquellos más baratos de cada marca, lo que no quiere decir que tengan las mismas prestaciones. Las mayores diferencias se ven principalmente en los casos de las firmas españolas donde el lector electrónico más barato de iLiber o Booq, por citar dos ejemplos, tiene menos prestaciones que el Inves-WIBOOK 600 WiFi. Simplemente he seleccionado los más baratos para mostrar por donde empieza cada marca a competir con los demás.
Los resultados son bastante evidentes en los tres grandes del sector, pero principalmente en Kindle. El lector de libros electrónicos de Amazon ha bajado los precios desde que irrumpió en el mercado desde unos 315 euros (400 dólares) en noviembre de 2007 a 110 euros (139 dólares) de la actualidad. Ese descenso brusco se ha acelerado en el último años por dos factores principales. Uno por la aparición del Nook de Barnes & Noble en 2009 que lo hizo a un precio todavía más bajo del Kindle (204 euros frente a 235 euros), y otro por la salida en escena de un producto que ha llegado para hacer frente a la tinta electónica y a las librerías electrónicas, el iPad de Apple.
De este modo, en poco más de un año el Kindle ha sufrido tres variaciones de precio a la baja. Caminos paralelos han seguido el Sony Reader y el Nook. En cuanto al primero, resulta curioso ver como cuando apareció en 2006 lo hizo por 100 dólares menos de lo que vino a costar un año después el Kindle. Sin embargo, en 2008 los de Sony decidieron incrementarle el precio para situarse a la par con el Kindle, lo que supuso la reacción de Amazon que empezó a abaratar su Kindle en 50 dólares. Actualmente el Sony Reader ha pasado a costar 141 euros (180 dólares) en su gama más baja frente a aquellos 236 euros (300 dólares) de hace casi cuatro años.
El Nook es el que más sigue de cerca en precio al Kindle. Llegó al mercado el año pasado a unos irresistibles 204 euros (260 dólares) y ahora se encuentra por 117.
Si la tendencia de caída en picado de los precios de los lectores electrónicos de libros ha sido lo tónica habitual y yo creo que seguirá hasta fijarse en los 100 dólares previsiblemente en menos de un año, lo que hace referencia a las marcas españolas está habiendo un cambio demasiado lento que las hace muy poco competitivas frente al resto de competidores internacionales.
¿Qué le pasó al iLiad? Sencillamente que sus desorbitados 600 € lo dejaron fuera del mercado con la consiguiente muerte por falta de competitividad. Las marcas españoles lo que tienen a su favor es el canal de venta pues están al alcance de muchos aquellos que desconfían de comprar por Internet, pero eso es cuestión de tiempo, y tanto Amazon como Barnes & Noble podrían llegar a acuerdos en los diferentes países para ganar presencia en la calle.
Los precios de los ebook readers españoles siguen siendo altos y lejanos a la realidad. No es posible que un producto como el Inves-WIBOOK 600 WiFi sea 170 euros más caro que el mismo de Kindle. Habrá quien lo justifique en el DRM o en la escasez de títulos en español dentro de Kindle, pero verdaderamente eso supone no querer ver la realidad. Los editores españoles no le pondrán pegas a cualquiera de las marcas internacionales a comercializar sus libros y, es más, hasta quizás les impongan unos precios a los editores que inicialmente no quieran aceptar pero que finalmente no tengan otra alternativa.
Por tanto, ahora que aún hay margen de tiempo, Papyre, Inves, iLiber y Booq tendrían que tomar conciencia de la realidad, hacerse competitivos en producto y precios de acuerdo a como está el mercado fuera de nuestras fronteras y con la vista puesta en que una mala estrategia en política de precios podría suponer un error sin posibilidad de vuelta atrás.
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