Dos de mis lecturas favoritas del verano

«Here comes everybody» («Aquí vienen todos») y «The Knack» («El don») se han convertido en dos de mis libros que se merecen un lugar destacado en mi librería por las interesantes aportaciones de Clay Shirky y de Norm Brodsky.

Del primero de ellos, destacaría las páginas dedicadas a los cambios en el periodismo tras la irrupción de la web 2.0 y los nuevos cambios que están por llegar. El autor define al periodismo de hoy en día más como una actividad que una profesión propiamente dicha. Para él, si cualquiera puede publicar, entonces cualquiera puede ser periodista. Eso no significa que incluya a todos los que publican en Internet en el mismo saco, más bien quiere lanzar una crítica al servilismo o apesebramiento extendido entre aquellos que se limitan a copiar y pegar, a fusilar comunicados de prensa, a quienes se dejan pasar la mano por el lomo… Por ello, cree que ser etiquetado como «periodista» es un privilegio aplicado a una minoría de profesionales que tienen la habilidad de investigar por ejemplo corruptelas.

Shirky desmitifica la idea de que con las nuevas redes sociales todos queramos participar en ellas. Es lo que ocurre en sitios como Flickr, Twitter o Wikipedia. En esta última, apenas el 2% de usuarios contribuye a generar artículos. Lo asemeja con la regla 80/20 o la teoría del «desbalance predecible».

Por otro lado,Norm Brodsky es un columnista habitual en la revista norteamericana «Inc.». Sus artículos son un compendio de sentido común y pragmatismo -con ideas de mucho sentido común y aplicables en cualquier empresa- algo que Brodsky y su colega, Bo Burlingham, emplean en su nuevo libro.

«The Knack» no es el típico libro o guía para emprendedores. Allí no se enseñan ni técnicas de marketing, ni de contabilidad o cualquier cosa que se parezca. Está lleno de historias reales de empresarios que ilustran conceptos relevantes en la gestión empresarial. Por ejemplo, el capítulo dedicado a la única cosa que un empresario nunca debe delegar me parece magistral. Asegura que la responsabilidad de asegurar que una compañía tenga una única cultura y no varias enfrentadas entre ellas le concierne al promotor de la empresa.

Tras la lectura de este libro, he empezado con otro de este autor que me está gustando, titulado «Small Giants, companies that choose to be great instead of big».