Reproduzco el editorial de este jueves 7 de enero del Financial Times sobre la presidencia española de la UE:

Una España que tropieza debe guiar a la Unión Europea

Desde cualquier parámetro, ha sido un desafortunado comienzo. La presidencia española de la Unión Europea, que se extenderá a lo largo de seis meses, y que se ha puesto en marcha esta semana, parece que ha sido objeto de un ataque de hackers. En su primer día, aquellos que entraron en la página web de la presidencia, se encontraron con fotos de Mr.Bean, el humorista británico, quien se parece a José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro español.

Mr. Bean es famoso por sus traspiés y sus percances –y España está también mostrándose propensa a los accidentes en el momento actual. En las anteriores ocasiones que España ha asumido la presidencia de la Unión Europea, la atmósfera del país era muy diferente. Tanto los gobiernos de González como Aznar presidían una economía en auge que infundía orgullo a toda la nación. Pero España se ha visto golpeada de manera muy fuerte por la recesión global. El desempleo está cerca del 20% y el sector constructor está sufriendo especialmente.

Tal vez Zapatero quiere distraerse de sus propias penalidades domésticas, aunque el programa de trabajo que ha propuesto para la presidencia de España es marcadamente anodino, incluso para los poco exigentes parámetros de la mayoría de las presidencias europeas.

Por otro lado, si la presidencia española se concentra en hacer funcionar el tratado de Lisboa, estará cometiendo un error que es muy típico en la Unión Europea: concentrarse en los principios institucionales en lugar de preocuparse por los problemas reales que afectan a los ciudadanos europeos.

Fuera de estos asuntos, lo más importante es la crisis económica. El crecimiento está aún flojo en toda Europa, y España no es una excepción. Durante la presidencia española, los gobiernos europeos tendrán que tratar de llegar a un acuerdo sobre la retirada de los estímulos económicos que se aplicaron durante 2009. Los próximos seis meses incluyen también otros problemas, como la crisis fiscal en Grecia y Letonia. Todos estos desafíos – y sin los desafortunados traspiés de Mr.Bean- van a ser el mayor resto de Mr. Zapatero en los próximos seis meses.