El cabreo de Zelenski con Sánchez
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, se dirigió el pasado jueves a los países de la UE para agradecer su posición respecto a la guerra de Rusia en Ucrania y no desperdició ni un segundo para lanzar a cada dirigente lo que pensaba de él. Los medios ‘progres’ se han recreado con lo que le dijo a Viktor Orban que, si bien recibió un minuto de su discurso, tampoco dejó en buen lugar ni a Francia, ni a Alemania, ni a España. Con los dos primeros fue crítico por su actitud en los momentos iniciales de las tensiones entre Rusia y el resto de los países occidentales, pero respecto a España le dijo a Pedro Sánchez que todavía no habían encontrado un terreno común. Nada que ver con los parabienes y elogios dirigidos a otros países de la Unión Europea.
¿Y qué significa que todavía el gobierno de Zelensky no ha encontrado un terreno común con el gobierno de España? Pues básicamente, que las contradicciones dentro del gobierno socialcomunista, los vínculos con lo peor de las dictaduras comunistas hispanoamericanas y la ausencia de una política exterior de Estado, no la política que le conviene al ‘ministrillo’ de Exteriores o a ‘Napoleoncito’ Sánchez, indignan al presidente ucraniano.
Aún estoy esperando que el enviado de Maduro en Europa, el oprobioso Rodríguez Zapatero, y el resto de los miembros del gobierno pertenecientes al grupo totalitario de Puebla, como Irene Montero, Enrique Santiago o la diputada socialista Adriana Lastra, que exigieron la retirada de sanciones contra Rusia, se retracten de sus declaraciones y apoyen sin paliativos al pueblo ucraniano contra la agresión del presidente ruso sobre el pueblo ucraniano.
Sólo hay que ver la siguiente tabla que muestra cuál ha sido la contribución militar de los países occidentales a Ucrania, para entender el cabreo de Zelenski con el presidente Sánchez.
Que el cuarto país de Europa se haya limitado a enviar pistolas, balas y uniformes al ejército ucraniano mientras su pueblo es masacrado literalmente en lugares como Mariupol y Járkov muestran no sólo la estrechez de miras del presidente español, sino el mal lugar que deja a España frente a sus colegas de la OTAN y de la UE.
Resulta bochornoso que estemos aportando lo mismo que un país como Eslovenia, diez veces más pequeño que nosotros y con un presupuesto público infinitamente más pequeño que el nuestro. Países mucho más pequeños que nosotros como Eslovaquia, Estonia, Finllandia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Suecia o República Checa están haciendo contribuciones mayores que el Gobierno español.
Casi todos los países están aportando más que simple pistolas y balas. La inmensa mayoría ha suministrado armamento anti-tanques, menos Pedro Sánchez y Podemos, que creen que la invasión de Rusia se podrá acabar como si fuera un conflicto de hace dos siglos. Hay que destacar las contribuciones de Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, EEUU, los tres bálticos, los nórdicos y los países de la Europa del Este.
Si hay una cosa que tengo clara de las consecuencias de la Guerra de Rusia en Ucrania, es que la Unión Europea ya no será la misma después de dicho conflicto. Al igual que la UE recibió una profunda transformación en los 90 con la guerra de Yugoslavia, la incorporación de nuevos países miembros y su integración económica y política, la UE que salga de la Guerra de Rusia en Ucrania será una que, como tras la Segunda Guerra Mundial, encumbrará a los países que se hayan dejado la piel por la soberanía, el derecho a existir y la protección del pueblo ucraniano. Quienes no lo hagan serán relegados a la máxima irrelevancia. Así que ‘Napoleoncito’ de la Moncloa vete olvidando de tus sueños europeos porque no te van a dejar.
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