El número de víctimas en la Guerra Civil de Siria sitúa a este conflicto en las puertas del vergonzoso ranking de las guerras civiles más sangrientas de toda la historia. En el gráfico que acompaña esta noticia se puede repasar cuáles han sido a lo largo de la historia las que más víctima se han cobrado, gracias al trabajo de Matthew White, autor igualmente de la recomendable obra el «Libro negro de la humanidad».
La guerra en Siria ha cumplido ya dos años y el número de fallecidos se eleva a 93.000, según el último recuento realizado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de la ONU. Posiblemente, el número de muertos sea mayor porque lo que tienen en común los 93.000 contabilizados es que han podido ser identificados de forma completa, con los nombres de las víctimas así como con las fechas y los lugares donde fallecieron.
El resto de muertes cuyo nombre, fecha y lugar se desconoce, no aparecen en el listado final, lo que equivale a cerca de 40.000 personas. Si sumamos el número de muertes, podemos concluir que casi el 10% de la población de Siria (22,5 millones antes de la guerra civil) ha perdido la vida en los últimos dos años. Lejos de solucionarse, el conflicto ha mostrado el lado más salvaje del enfrentamiento entre las fuerzas pro-gubernamentales y los rebeldes.
Mala salida tiene esta crisis que ahondará en la falta de credibilidad y la ineficiencia de la ONU, siempre al servicio de las grandes potencia, ante el interés, por un lado, de Rusia de que la comunidad internacional no se inmiscuya y, por otro, de un dubitativo Obama que no cuenta con el apoyo de la sociedad de su país y se debate entre anteponer los intereses de sus conciudadanos o el papel de «gendarme mundial».