Partiendo de el hecho de que la gestión de la mayoría de los recursos públicos en España ha sido desastrosa, despilfarradora y, en ocasiones, delictiva, la penitencia a la que tenemos que hacer frente no puede pasar nunca por renunciar a nuestros principios elementales de representación política y, por tanto, delegar nuestra democracia en alguien que nos gobierna la política económica, pero que nadie de nosotros ha elegido a través de las urnas.
Y es que creo de la canciller alemana, Angela Merkel, que cada día que pasa es su forma de querer liderar/ordenar en la UE la que supone un verdadero escollo, no sólo a lo que hagan o hayan hecho Grecia, Portugal, Italia, España o Irlanda, sino también al proyecto de integración donde hemos pasado de tener muchas voces a una sóla representada por Merkel.
Me parece cuanto menos que escandaloso que teniendo una serie de órganos de gobierno, como son el Consejo de Europa o la Comisión Europea con sus correspondientes dirigentes, aunque ninguno elegido por nosotros, haya alguien por encima de todos y se esté asentando por costumbre donde ni nuestros representantes, ni nosotros ciudadanos y ciudadanas nos manifestemos en contra.
Ver pasear hace unos días al presidente Rajoy con Merkel en barco por Chicago para recabar su «bendición» no puede provocar la indiferencia de todos nosotros o quedarnos en la anécdota de la imagen. Primero fue Zapatero y ahora ha sido Rajoy quien practica la misma estrategia de pedir permiso constantemente a Alemania.
Esta semana tuve ocasión de asistir a la charla que ofreció el catedrático de Filosofía del Derecho de la Università degli Studi «Magna Graecia» de Catanzaro (Italia), Massimo Latorre, con la ponencia «Miseria del Constitucionalismo global. La crisis del Derecho de la Unión Europea». En la misma Latorre, reconoció que Merkel ha conseguido dos de sus objetivos con la crisis del euro. Por un lado, consolidar su hegemonía económica en Europa, algo que parece inherente al ADN de los gobernantes germanos, y por otro, aislar a Reino Unido en su influencia sobre Europa.
Es cierto. Nunca Reino Unido había pintado tan poco y había tenido tan poco predicamente como en la actualidad. Aquella idea de la Vieja Europa y Nueva Europa que la administración Bush trató de impulsar para enfrentar a los antiguos países comunistas de la órbita soviética, y nuevos estados miembros de la UE, con Alemania y Francia ha pasado a mayor gloria y sólo queda una idea de Europa que gira alrededor de Alemania, germanocentrista, con Berlín como epicentro de nuevo tras un siglo de historia.
En este sentido, Latorre recordó que estamos viendo ahora las verdaderas consecuencias de la reunificación alemana, que si bien creo que fue un fenómeno imparable fruto de la crisis del comunismo y del despertar de millones de conciencias, no impidió que algunos políticos de entonces como Margaret Thatcher advirtieran de las consecuencias de la misma y que con la crisis del euro sólo ha habido un país beneficiado, Alemania, al igual que ocurriera con la crisis del 29.
Cuantos neocon, cuantos neoliberales hay en el mundo…, exclamarán algunos cuando hayan leído algunos de los ratios y adjetivos que a España le han colocado el Financial Times, Transparencia Internacional y los propios ciudadanos.
Algunos de ellos se lamentarán el no poder coger de las solapas de la americana a Bush y Aznar y convertirlos en el pim-pam-pum de todos los males que azotan a nuestro país, porque todavía no encuentran la manera de hacerlo con Merkel o Sarzoky.
Que España sea el último país de la UE en salir a flote de la crisis…, la culpa será de Aznar. Que el paro español sea mayor que el de Francia, Alemania y Reino Unido juntos, la culpa será de…, pongamos a Bush. Que la ministra de Economía sea la cuarta peor de Europa, según el Financial Times, la culpa será de Solbes por haberle dejado un marrón de aúpa. Que España haya perdido en el último año cuatro puestos en el ránking de corrupción y se encuentre en el puesto 18 de los 30 países europeos, la culpa será de la ineficiencia de todas las instituciones democráticas menos la del gobierno Zapatero. Que Internet en España sea el más caro y más lento de Europa pese a la propaganda de Miguel Sebastián de convertirlo en un derecho universal…, los deshonores serán para Camps o de Esperanza Aguirre…, y así podríamos seguir haciendo un ejercicio de análisis de un Gobierno improvisador, incapaz, inmóvil e inepto para hacer frente a los problemas que se enfrenta nuestro país.
La pregunta que cualquiera podría hacerse, sencilla y directamente, sería ¿cuál ha sido la aportación de dos legislaturas socialistas al porvenir de España? Más allá de aquellas normas que se puedan legislar a golpe de BOE, la pregunta encontraría una dudosa respuesta. Ni en economía, ni en la política autonómica, ni en educación, ni en el mercado laboral, ni en sanidad, ni en la industria, ni en política exterior, ni en innovación, ni en medio ambiente…, sólo salvaría el éxito logrado en la reducción de siniestralidad en las carreteras, porque en todos los demás aspectos nos encontramos con una sociedad hundida, más pobre, con rencores abiertos, con una clase media en vía de extinción, incapaz de acceder a una vivienda y que se sumerge poco a poco en el agujero propiciado por quienes nos gobiernan.
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Sobre mí
Hola, mi nombre es Jorge Mestre. Soy profesor universitario de Relaciones Internacionales, periodista y analista de política exterior. Este es mi blog, donde subo mis artículos y cosas interesantes que leo o veo. No te pierdas mis novedades.