Los secuestros de barcos por parte de los piratas frente a las costas de Somalia ha caído en los últimos tiempos, pero el problema no ha terminado. Debido a que Somalia representa un estado fallido con desgobierno durante tanto tiempo, ha servido para que científicos sociales se interesen por el comportamiento de las personas ante la ausencia de un gobierno en funcionamiento. Y cómo los procesos de negociación entre piratas y armadores han evolucionado durante los últimos tiempos.
Varias pautas de comportamiento son significativas según los autores de un nuevo estudio Olaf J. de Groot, Matthew D. Rablen y Anja Shortland:
- Los piratas somalíes pretenden ser más sofisticados de lo que eran, mientras que los armadores pretenden ser pobres.
- Ambas partes tienen interés especial en llegar a una solución rápida, ya que una prolongada negociación implica elevados costos para piratas y armadores. Para el armador, la carga y el barco pueden quedar inutilizables. Para los piratas, la tripulación capturada debe ser alimentada y han de proteger la nave. Además, los piratas no pueden durar mucho tiempo sin su abastecimiento de “qat” la droga que les coloca.
- La intervención gubernamental puede crear incentivos perversos. España pagó un rescate de 770.000 euros por un barco de pesca en 2008, el Playa de Bakio, más del doble de la cantidad previamente pagada por un buque de ese tipo, lo que supuso la fijación de un nuevo suelo en el precio por el pago de los rescates.
Por tanto, si bien el número de buques secuestrados se ha reducido, los piratas cobran ahora más por cada liberación.
A esto hay que añadir que los piratas se están moviendo hacia el interior, capturando a trabajadores humanitarios y otros extranjeros lejos de la protección de los buques armados de los EE.UU o la UE.
El año pasado un equipo de investigadores publicó un trabajo con los datos de más de 10.000 negociaciones con piratas que tuvieron lugar entre 1575 hasta 1739 entre corsarios norte-africanos, por un lado, y religiosos que actuaron como interlocutores de españoles con familiares secuestrados, por el otro. La conclusión era que a mayor tiempo de negociación, menores cantidades se pagaron por los rescates.