El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, se dirigió el pasado jueves a los países de la UE para agradecer su posición respecto a la guerra de Rusia en Ucrania y no desperdició ni un segundo para lanzar a cada dirigente lo que pensaba de él. Los medios ‘progres’ se han recreado con lo que le dijo a Viktor Orban que, si bien recibió un minuto de su discurso, tampoco dejó en buen lugar ni a Francia, ni a Alemania, ni a España. Con los dos primeros fue crítico por su actitud en los momentos iniciales de las tensiones entre Rusia y el resto de los países occidentales, pero respecto a España le dijo a Pedro Sánchez que todavía no habían encontrado un terreno común. Nada que ver con los parabienes y elogios dirigidos a otros países de la Unión Europea.
¿Y qué significa que todavía el gobierno de Zelensky no ha encontrado un terreno común con el gobierno de España? Pues básicamente, que las contradicciones dentro del gobierno socialcomunista, los vínculos con lo peor de las dictaduras comunistas hispanoamericanas y la ausencia de una política exterior de Estado, no la política que le conviene al ‘ministrillo’ de Exteriores o a ‘Napoleoncito’ Sánchez, indignan al presidente ucraniano.