Hace dos años, por estas fechas, afloraron en todos los rincones del mundo los sepultureros del capitalismo, del liberalismo y los adalides de Keynes convencidos de tener las mejores recetas para reactivar la demanda interna. «El capitalismo está muerto», llegaron a exclamar. Pero esos aprendices de brujo ahora están desaparecidos, no existen, o no reconocen la autoría de sus palabras.

Aún recuerdo cuando Zapatero anunció la creación de 400.000 puestos de trabajo con el Plan E para realmente haberse destruido 2 millones de empleos desde el inicio de la crisis. Eran los tiempos en los que Zapatero presumía de gastar dinero público, y no se se jactaba como hace ahora de austeridad y reducción del déficit.

El Ejecutivo de Zapatero le ha inyectado a la economía en los dos últimos años 88.000 millones de euros, el equivalente al 8,8% del PIB. Los números proceden de las siguientes partidas: 18.000 millones de euros en estímulo del año 2008; los 35.000 millones para financiación de las pymes y VPO, los 2.500 millones del Plan renove de viviendas; 1.500 millones para el Plan Vive; y los 13.000 millones de los fondos para ayuntamientos. Resultado final, los peores números de la Unión Europea con un preocupante paro del 20,3%, el doble que la media europea.

Algo parecido, aunque salvando las distancias, le ha pasado a la administración Obama. Allí el rescate de la economía ha costado casi de un 6% y se ha obtenido una tasa de paro que roza en la actualidad el 10%, con medio millón de parados más en el mes de julio.

La antítesis de los dos ejemplos la tenemos en Alemania. Angela Merkel solamente gastó un 1,5 de su PIB en estimular la economía y ha conseguido que el paro lleve reduciéndose 14 meses consecutivos (ahora está por debajo del 7%) y crecer a un 2,2% en el segundo trimestre frente al raquítico 0,2% español.

Algunos economistas acusaron a Alemania de poner en riesgo la posterior recuperación ante el poco riesgo asumido desde la cancillería. Sin embargo, si echamos la vista atrás vemos a las claras quién ha ganado el debate de estímulo frente a austeridad. Todas las economías están aplicando desde hace meses medidas de austeridad y han cancelado sus planes de estímulo. En España se arriesgó mucho y se ha perdido más. ´